Talento.
Maldita palabra.
El talento en mi no existe.
Y es por eso, por esa infeliz palabra que decidí querer morir.
Si no tengo talento, si estoy gorda en esos horribles 56 kg.
¿De que me sirve vivir?
Entonces comenzaron esos amargos y dulces dos días.
Llenos de llantos, gritos internos, imagenes mentales, preguntas, estres y cartas mentales de despedida.
Imagine mi cuerpo apagado, frío ensangrentado, extendido en mi cama junto a las cartas de despedida que nunca complete en mi mente, pero que estaban llenas de dolo, lamentos y por sobre todo humedecidas por mis lágrimas.
Y cuando mi madre se sentaba a mi lado yo pensaba:
"Mamá perdoname. Pero no me queda mucho tiempo en este mundo.Ya para mi no existe un futuro, ya para mi no existe nada. Ya no quiero sentir la verguenza que siento la verguenza que siento al mirarme en el espejo. Ya no quiero solucionar los problemas que se aferran cada vez mas a mi alma."
Y entonces le conté a mi novio, porque cuando hablo con el es como si hablara con mi diario, y es por eso que l cuento todo. Y entonces no se que cosa dijo o hizo, pero me mostró un camino que llevaba a un futuro lleno de esperanzas para mi. Y entonces quise vivir.